Historia
Situada en la ladera norte de la montaña, a una altitud de 650-780 metros sobre el nivel del mar, los viñedos de la bodega cubren 18 hectáreas, rodeadas de avellanas y olivos.
Restablecida por Giuseppe Russo en 2005 y dedicada a la memoria de su padre Girolamo, la bodega es una poderosa expresión del deseo de Giuseppe de respetar y conservar los valores tradicionales de su familia, pero interpretándolos de una manera nueva y personal, introduciendo y desarrollando nuevos enfoques para la elaboración del vino
Los Viñedos y el "Sciare"
La tierra que cultivamos aquí tiene una historia geológica única y extraordinaria: sus características son el resultado de siglos de erupciones volcánicas.
Para apreciar plenamente la complejidad morfológica de este paisaje, basta pensar que el Etna se formó hace más de medio millón de años. Cada “sciara” (palabra de origen árabe), es decir, cada colada de lava que se ha enfriado y solidificado en
las laderas del monte, ha sido modelada y transformada por el paso del tiempo y por la actividad humana, lo que hace que las contradas del Etna sean muy diversas, al igual que los vinos que se producen aquí.
San Lorenzo
Situada a las afueras de Randazzo, en las faldas del volcán, a 700-800 metros sobre el nivel del mar, la contrada debe su nombre al culto a San Lorenzo, introducido en la zona por un noble aragonés.
Esta zona de tierra presenta tres formaciones geológicas distintas: la más extensa de ellas es muy antigua, data de al menos 15.000 años atrás (del período en el que se formó el Cráter Elíptico).
Gracias a la singularidad de este terroir, el vino que se produce aquí es austero y tenaz, como el propio volcán, templado por el fuego y el tiempo.
Un vino que se afirma, porque es a la vez opulento y delicado, con aromas de frutos rojos, notas herbáceas y taninos espesos y sedosos. Un vino elegante y complejo, que expresa no solo el suelo del Etna, sino también el aliento mismo del volcán.