La cultura del vino en Gran Canaria: Un legado transformado

La cultura del vino en Gran Canaria: Un legado transformado

En la historia de Gran Canaria, el cultivo de la vid tuvo una gran importancia

La historia del vino de Gran Canaria es tan antigua como fascinante, una travesía que entrelaza tradición, geografía y pasión. Desde los albores del siglo XV, la isla se convirtió en un referente en la producción de vino, gracias a su clima privilegiado, sus suelos volcánicos y la sabiduría agrícola de sus habitantes.

Durante siglos, la isla de Gran Canaria fue reconocida por la calidad de sus vinos, que conquistaron mercados internacionales, especialmente en los siglos XV y XVI. La vid se convirtió en un símbolo de identidad, una tradición que marcó el paisaje y la economía de la isla.

En esta época dorada, los vinos canarios eran exportados a Europa y América, siendo muy apreciados por cortes reales, comerciantes y viajeros. El vino no era solo un producto agrícola: era cultura, orgullo y representación de la tierra canaria.

Bodegas en Gran Canaria: transformaciones históricas y cambios económicos

Sin embargo, a lo largo del tiempo, los cambios económicos y sociales provocaron una transformación radical. El auge de la caña de azúcar y la producción de ron hizo que los campos de viñedos cedieran terreno a nuevas plantaciones. El vino, que antes era el motor de muchas familias canarias, pasó a un segundo plano, mientras el ron se consolidaba como la bebida representativa de Gran Canaria.

Esta transformación afectó tanto al paisaje como a la economía y al tejido social de la isla. Las bodegas en Gran Canaria fueron desapareciendo o reconvirtiéndose, y con ellas, parte de la identidad vitivinícola del archipiélago.

Cultura del vino: un legado que resiste

Hoy en día, el legado vinícola no se ha perdido, y aunque la caña de azúcar dominó una época, los vinos de la isla siguen siendo un tesoro de sabor y tradición. Gran Canaria está viviendo una renovada pasión por sus viñedos, con nuevas generaciones comprometidas con la recuperación de variedades autóctonas y la preservación de esta rica herencia cultural.

Este renacer no es solo una vuelta al pasado, sino una apuesta por el futuro. La viticultura se está modernizando sin perder su alma, y cada botella de vino cuenta una historia de esfuerzo, clima, territorio y memoria colectiva.

Bodega Tamerán: símbolo del nuevo impulso en Gran Canaria

Un claro ejemplo de este renacer es la Bodega Tamerán de David Silva  en la que colabora Jonathan García Lima  como elaborador de sus vinos. Aunque aún joven, esta bodega ha logrado un reconocimiento impresionante, destacándose por la calidad y singularidad de sus vinos blancos tanto como de sus vinos tintos, que reflejan el alma de la isla. Su trabajo en la recuperación de variedades locales y su enfoque innovador han puesto a Gran Canaria en el mapa del vino con fuerza y orgullo.

Una de las señas de identidad más destacadas de Tamerán es su compromiso con las variedades autóctonas. Lejos de seguir tendencias globales, la bodega ha apostado decididamente por cepas que nacen y crecen en la isla, muchas de ellas poco conocidas fuera del archipiélago pero con un potencial enológico extraordinario como la vijariego blanco. Esta elección no solo preserva la biodiversidad, sino que convierte cada botella en una expresión honesta y única del terroir canario.

Cada una de sus etiquetas representa un fragmento del paisaje volcánico, del viento atlántico y del trabajo en las laderas escarpadas del centro de la isla. Entre sus vinos más representativos se encuentran:

  • Tamerán Camaretas: una expresión refinada y compleja, con matices minerales y una estructura elegante que refleja la altitud y la intensidad del suelo volcánico.
  • Tamerán Lomo de los Ingleses: vino de parcela que captura la esencia de una ubicación específica, con carácter y profundidad.
  • Tamerán Baboso Blanco: una variedad poco común que ofrece aromas a frutas blancas, untuoso y con buena estructura y gran volumen.
  • Tamerán Vijariego Blanco: variedad emblemática de la bodega, conocida por su acidez y su intensidad aromática.
  • Tamerán Malvasía Volcánica: una uva histórica que aporta notas tropicales, cítricas y minerales, con un equilibrio muy particular.
  • Tamerán Marmajuelo: original y exótico, con una nariz intensa de frutas maduras y un paso en boca sabroso y persistente.
  • Tamerán Verdello: fresco y con nervio, este vino aporta verticalidad y un perfil aromático distintivo entre cítricos, flores y hierbas.

 

Tamerán CamaretasTamerán Lomo de los InglesesTamerán Baboso BlancoTamerán Vijariego BlancoTamerán Malvasía VolcánicaTamerán Verdello

 

Todos estos vinos son elaborados con mínima intervención, reflejando un compromiso con la autenticidad y el respeto por la naturaleza del viñedo. La bodega trabaja con viticultura ecológica, utilizando prácticas sostenibles que preservan tanto el suelo como la biodiversidad de su entorno.

Bodega Tamerán ha logrado posicionar a Gran Canaria en el mapa del vino contemporáneo, gracias a su mirada innovadora y a la recuperación de cepas que durante años habían estado en riesgo de desaparecer. Sus vinos no solo representan una propuesta enológica de calidad, sino también un homenaje al patrimonio agrícola y cultural de la isla.

Bodega Tamerán además de representar una nueva generación de productores, son un puente de unión entre la tradición vinícola de la isla y su proyección internacional. Su apuesta por la autenticidad, el respeto al entorno y la excelencia ha hecho de sus vinos una referencia imprescindible en la escena vitivinícola actual.

 

Vino de Gran Canaria: tradición, resiliencia y futuro

El vino de Gran Canaria tiene una historia que no debemos olvidar, un símbolo de nuestra capacidad de adaptación y reinvención. ¡Salud por esa tradición que sigue viva y por el esfuerzo de bodegas como Tamerán!

27 de Mayo de 2025

Comparte esta noticia en tus redes

Únete a nuestra Newsletter Déjate sorprender por las últimas novedades
del mundo del vino en Canarias