La compañía Sartori nació precisamente del espíritu empresarial del abuelo Pietro, una personalidad excéntrica, sí, pero magmática desde un punto de vista comercial. Sus días pasaron entre mil empresas diferentes. Sin embargo, este torbellino de intereses encontró un eje estable en la gestión de su restaurante. Es la última parte del siglo XIX: el restaurante de Pietro Sartori era una dirección indispensable para comerciantes, empresarios y pequeños industriales de la zona, a quienes Pietro no se perdió un excelente vino Veronese Rosso, como se llamaba en ese momento. Fue el hotel y su posición estratégica lo que transformó a Pietro en un comerciante de vinos: la bebida diaria en el mostrador y la venta directa al público en demijohns y botellas hicieron urgente el suministro constante y adecuado en cantidad y calidad. Así, en 1898, el abuelo Pietro compró su primer viñedo en Negrar, para que el buen vino nunca falte en la mesa de sus fieles clientes.

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